Couscous de pollo, a mi manera

Tras años de comer couscous preparados por otras personas, tanto en España como en Francia y Marruecos, decidí hacer mi propia versión. Es una versión para hacer en cualquier casa, pues se puede preparar en el horno y en el fuego tradicionales, no es necesario utilizar ningún recipiente especial. Lo que sí te hará falta es tiempo. No es una receta para preparar en unos minutos, sino para disfrutar del tiempo en la cocina y llenar la casa de un olor extraordinario. 

Esta receta es para unas 8 personas y se prepara en diferentes partes.

Parte 1: Las verduras.

En una bandeja para horno colocaremos las verduras (1 calabacín, 2 tomates, 1 pimiento, 1/2 cebolla y 2 zanahorias) en trozos grandes y salpimentaremos. 

Parte 2: Las patatas.

En otra bandeja (más honda que la anterior) pondremos 3 patatas troceadas también y llenaremos la bandeja de agua, que cubra aproximadamente la mitad de las patatas. Yo he añadido unos trozos de calabaza también. Espolvorearemos pimentón dulce, ajo en polvo, pimienta negra y sal por encima. 

Parte 3: La carne. 

En una tercera bandeja, colocaremos dos pechugas enteras de pollo. Intentando cubrir toda la superficie de la carne, las recubriremos con cúrcuma, pimienta negra, comino y (atención que viene mi ingrediente secreto) canela. Alrededor del pollo, en la misma bandeja, colocaremos 1/2 cebolla en trozos. 

Pondremos las tres bandejas en el horno. Primero las patatas, encima las verduras y finalmente la carne. Queremos que el pollo quede crujiente por fuera, por eso lo colocamos encima) y tierno por dentro (por eso lo haremos a fuego lento). Cocinaremos a baja temperatura (unos 160ºC) durante una hora y media aproximadamente, con calor superior e inferior. Si, tras este tiempo, prefieres que el pollo o las patatas estén más tostados, siempre puedes dejarlos algunos minutos más utilizando el grill del horno. 

Después de la cocción, puedes separar los ingredientes en recipientes más pequeños, como en la imagen, para facilitar a los invitados el momento de servirse lo que prefieran en sus platos. También puedes trocear el pollo una vez haya reposado algunos minutos. 

Parte 4: Los garbanzos.

Mientras tenemos las bandejas en el horno, prepararemos los garbanzos. Yo los había tenido a remojo durante la noche y tenía que cocerlos, pero también podéis hacerlo con garbanzos ya cocidos. Si es así, esperad hasta el final de la cocción de los alimentos que tenemos en el horno para continuar. 

En una sartén, ponemos los garbanzos cocidos y añadimos sal, ajo y perejil al gusto. Saltearemos unos minutos y lo taparemos para que conserven el calor. 

Parte 5: El couscous. 

Lo último que debemos hacer es el couscous. Necesitaremos 500g de couscous mediano. También puedes encontrarlo como sémola de trigo en el supermercado. Sigue las instrucciones del paquete para acertar con la cantidad de agua necesaria. En mi caso, eran partes iguales de sémola y agua, así que coloqué el couscous en un recipiente grande y añadí 500ml de agua hirviendo. Además, añadí una cucharada de mantequilla y removí bien. El couscous debe reposar unos minutos para absorber toda el agua y, si lo hacemos correctamente, debe quedar suelto y seco, nunca compacto y denso. 

¡Todo listo! Acompañaremos el couscous con una ensalada ligera y fresca y una vinagreta. Yo hice una ensalada de hoja de roble y escarola con cebolla, tomates cherry y atún, acompañada de una vinagreta de vinagre balsámico, limón y ajo (¡que mis invitados acabaron poniéndole a todo!). También corté unos orejones en trocitos pequeños y los puse en un bol con unas pasas, para quien quisiera un toque más dulce en el couscous. A mí me encanta ese sabor dulce, como el que le da la canela al pollo con las cebollas caramelizadas. 

Sobre la mesa, unos dátiles, unas copas de buen vino y ¡a disfrutar! 

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Carla