10 cosas que hacer en Tánger

¿Qué haríais si pudierais pasar unos días en Tánger? Hoy os enseño mis actividades favoritas en esta ciudad encantadora, nuestra puerta más cercana a África y tan pegadita a España que, en ocasiones, no nos damos cuenta de lo unido que está nuestro país a Marruecos. 

1. Ver el amanecer al llegar en barco.


Mi compañera de viaje y yo cogimos un barco que venía de Italia, pasaba por Barcelona y Valencia y llegaba a Tánger. El largo viaje (22 horas) desde Valencia a Tánger valió la pena, pues llegamos al amanecer y estas eran nuestras vistas desde la cubierta. 


Impresionante, ¿verdad? Prometo que las fotos no están retocadas. Jbel Musa se alzaba así de imponente adentrándose en el mar en el momento en que llegábamos a la terminal de Tánger Med. 

2. Sentarte a tomar el sol en sus plazas.


No hay duda de que Tánger es una ciudad para caminarla. Pero cuando llevamos todo el día caminando entre sus calles, no hay nada mejor como sentarse a tomar el solecito en una de sus plazas, como en esta de las imágenes, junto a la Plaza de Francia. 


Se trata de un pequeño mirador desde el que, en días claros, se puede ver España. 


3. Visitar una tienda de alfombras. 


Puede sonar a topicazo y, en cierto modo, lo es, pero no te lo puedes perder. Nosotras no compramos ninguna alfombra, pero mientras nos las enseñaban, nos sirvieron un té riquísimo y nos dejaron subir a la terraza de la pequeña casa de la Medina en la que se encontraba la tienda, desde donde pudimos disfrutar de unas vistas increíbles. 


Las alfombras en sí no eran de nuestro agrado, pero la visita fue más que interesante. 

4. Comer tajine


O couscous, o harira, o cualquier otro plato típico, pero come. La gastronomía marroquí es una delicia digna de ser disfrutada. 


Además, comer en Marruecos es muy económico. Este tajine, por ejemplo, me costó 3€, bebí agua (gratis) y nos regalaron la ensalada y el pan. En otro restaurante que elegimos como el habitual para las cenas, servían un bol de harira por 0'70€ y no te cobraban si querías repetir o tomar otras 3 raciones. Free refill! 

5. Dejarte guiar por la Kasbah.


Este espacio amurallado repleto de callejuelas que llevan a las grandes plazas y a mezquitas y museos en su interior, te encantará. 


Podrás encontrar (o te encontrarán a ti) personas, tanto niños como adultos, que se ofrecerán a enseñarte la Kasbah y sus lugares ocultos, terminando su ruta en las famosas tiendas de alfombras de las que hablábamos antes, pues se llevan una pequeña comisión por parte de los vendedores si te llevan hasta ellos. Sólo te pedirán un par de euros de propina por la ruta y te explicarán mejor que cualquier guía turístico cada pequeño secreto de su ciudad. 

6. ¡Llevártelo puesto!


Los bajos precios de los souvenirs y los objetos a la venta en Tánger harán que quieras llevarte un recuerdo puesto. La gran variedad de artículos de piel hechos de manera artesana te sorprenderá. 


Yo me llevé estas babuchas y no podían ser más cómodas. 

Por cierto, atención a la moqueta que cubría los pasillos del barco... era muy peculiar (por no faltar al respeto de Grimaldi Lines).

7. Visitar las Cuevas de Hércules. 


Una visita obligada cuando viajas a Tánger es la excursión a las Cuevas de Hércules. Se puede ir fácilmente en un par de horas y es un lugar precioso. 


Dicen que la apertura al mar tiene la silueta de África del revés y, como dato curioso, supe que me había enamorado de Tiantian cuando, allá por 2010, en un blog que yo tenía entonces, me preguntó a qué olía en el interior de la cueva. 

8. Beber té. 


La bebida oficial de Marruecos es el té, acompañado de menta y limón. Lo sirven en todas partes y es una delicia, sobretodo si lo tomas junto a unos dulces típicos o con tu riquísima comida. 


Se dice que tomar té caliente cuando hace mucho calor puede llegar a refrescar. Para mí, calurosa desde niña, tomarme un té caliente en verano puede ser muy costoso y agobiante. Por suerte, mi visita a Marruecos tuvo lugar en diciembre y este té calentito fue todo un gusto para mi organismo. 

9. Bañarte en el mar.


O, al menos, meter los pies en él. Si vas, como yo, en invierno, igual no es recomendable que te lances a nadar, pero las temperaturas son suficientemente agradables como para meter los pies y pasear por la orilla en la playa. 


La temperatura del agua en el Estrecho difícilmente bajará de 12ºC en los días más fríos, así que... ¡no hay nada que temer! ¡Al agua, patos!

Lo que veis detrás de mí, no la tierra que hay a la derecha de la imagen, sino la del fondo, es España. ¿Veis qué cerquita? 

10. Ver Gibraltar desde el mar. 


A la vuelta, cuando haces el trayecto que nosotras hicimos, el barco pasa así de cerquita de Gibraltar. Supongo que a la ida también pero yo estaba tan dormida que no me enteré. El caso es que, sea como sea, es una vista maravillosa. 


También sin retoques, en esta imagen podéis ver tanto Gibraltar como las montañas tras el peñón, que corresponderían a la Sierra de Grazalema y alrededores. Increíble, ¿cierto? 

Esperamos que esta lista te ayude a disfrutar de tus vacaciones en una ciudad tan cercana y tan distante a la vez o que te anime a descubrirla, eligiéndola como próximo destino. No olvides contarnos tu experiencia si ya has pasado por la bonita puerta a África desde España o tus impresiones sobre nuestras recomendaciones. Estaremos encantados, además, de resolver tus dudas ^^ 

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