Integrando almas (en 100x60)


El día que me hice socio de este equipo no acudí a una bonita y recién estrenada sede con aspecto de centro comercial. Ni a una cuyas paredes estuvieran decoradas con logros deportivos y las típicas fotos de sus jugadores posando como matones cruzados de brazos mientras te miran penetrantemente vestidos con los colores del club. El día que me hice socio de este equipo fui a un semáforo. En aquel semáforo de aquella transitada avenida, vestido de faena y con una gorra roja, para que el sol del sur no hiera sus ojos negros, se encontraba Christian Loris vendiendo pañuelos a los conductores. El semáforo se pone verde y Christian les sonríe despidiéndose mientras resuenan los coches reiniciando su marcha. Entonces es cuando puede atenderme. Tras un cálido saludo y rellenar tres simples datos, me entrega orgulloso el carné de socio del equipo del que es delegado y segundo entrenador.
Christian, un héroe que llegó a cruzar el estrecho en un barco de plástico, forma parte del Alma de África UD, el primer equipo federado de España cuyos jugadores son inmigrantes y que compite con la cabeza bien alta en la Cuarta Andaluza, la octava división del fútbol nacional. Este proyecto, con sede en Jerez de la Frontera y con apenas un año de vida, es también uno de los proyectos de integración social de inmigrantes más bellos que se conoce y que comenzó uno de estos días en los que un humilde ATS paseaba a su perrita Alma por un descampado cercano al estadio municipal de Chapín. Allí, observó a un nutrido grupo de chicos, aparentemente africanos, que jugaban al fútbol, o más bien corrían y pateaban una pelota con más ilusión y fuerza que orden. Y quizás fue esa ilusión, quizás fueron las ganas, o quizás fue el recuerdo de la muerte de su hermana Macar, solidaria como ninguna, tras una terrible enfermedad, pero aquel día, ese humilde ATS de nombre Quini debió mirar fijamente a Alma y decirle "se me ha ocurrido una idea".


Poco después, Quini contactaría con su amigo Alejandro Benítez, que ha sido jugador y entrenador de fútbol. Y le explicó lo que vio aquel día. Algo debió sacudir también el corazón de Alejandro porque de ahí a federarse como equipo oficial ya no habría más que unos pequeños pasos. Eran las primeras semanas de 2015 y nacía el  Alma de África UD. Aquellos chicos del descampado, empezaron a entrenar algunos días a la semana y a jugar otros tantos partidos amistosos contra conjuntos locales, y el equipo iba siendo una realidad. El poder jugar una liga oficial no era para nada una quimera.
En su plantilla, que está cuajando una grandísima temporada y que actualmente ocupa la cuarta posición de su liga, encontraremos distintas religiones, distintas nacionalidades, distintos tonos de piel, distintas aventuras de personas, jóvenes, que huyeron de sus países arriesgando en muchos casos sus vidas y dejando atrás sus familias y sus amigos. Todo. El hecho de estar federados con el Alma de África UD no es únicamente una válvula de escape de esta dura realidad, ni tampoco el sentirse parte de una única familia que ha vivido y sufrido vicisitudes semejantes, sino también una muestra de integración en nuestra sociedad de cara a las autoridades, ya que la mayoría son inmigrantes que se encuentran en situación ilegal en nuestro país, con el consiguiente riesgo de ser expulsados.


Don Zorruno tuvo el placer de hablar con Irene González, sobrina de Quini Rodríguez y directiva del Alma de Africa, que nos atendió amablemente y puso a nuestra disposición a todo el personal del club. Tras confirmarnos como cierta la leyenda de la creación del equipo y sus primeros pasos, quisimos que nos explicara cómo de la nada se llega a competir en la octava división española, y nos decía que "Casi sin darnos cuenta. Broméabamos con los jugadores diciéndoles que iban a jugar en primera y se mostraban muy motivados e ilusionados. Empezamos a indagar y resultó que un equipo formado por inmigrantes también podía competir en liga federada cumpliendo unos requisitos. Pedimos compromiso por parte de ellos y casi sin pensarlo, desde el primer momento, ya querían formar parte de Alma de África, jugaran o no jugaran, querían sentirse miembros de esta gran familia".

Al preguntarle por cuántas nacionalidades se veían representadas en el equipo, Irene nos asegura que "hasta ocho", y es que entre sus jugadores encontraremos personas nacidas en Camerún, Marruecos, Nigeria, Senegal, Mauritania, Ghana, Bolivia e incluso España, ya que también hay algún chico local que forma parte de este grupo como el que más. En este sentido, nos dice, "Alma de África son todos los que colaboran puntualmente con el proyecto, donando material, haciéndose socio, trabajando codo a codo con los jugadores o ayudando a la junta directiva a buscar patrocinadores y nuevos socios".

Cuando le preguntamos sobre las historias particulares de los miembros de la plantilla, Irene nos explica orgullosa que "todos los jugadores tienen una historia que te zarandea el alma. Son muy luchadores y muy valientes, héroes entre sus gentes y todos ellos son dignos ejemplos de superación. Siempre están sonriendo y agradecidos, y lo que más llama la atención es que son los primeros en prestarte ayuda, en ofrecer lo que tienen a los demás y en poner paz en los conflictos. Es admirable".


Obviamente, Alma de África es mucho más que un club. El fútbol no es sólo el que nos llega a través de la prensa y la televisión día a día. El fútbol es maravilloso. "El proyecto Alma de África", dice Irene, "nace como iniciativa de integración social a través del lenguaje universal que utiliza este deporte. El objetivo inicial y a medio plazo es que el colectivo de africanos finalmente regularice y mejore su situación con un puesto de trabajo que dignifique su situación en nuestro continente. Que sean ellos en un futuro los entrenadores de nuevas canteras de Alma de Africa, por ejemplo. Que encuentren su sitio y se sientan en casa porque esta ciudad les dio la oportunidad de una vida mejor. Nadie que sale de su casa en las condiciones que llegan ellos lo hacen por gusto, arriesgan su vida por una oportunidad"
Como es lógico, el tema económico es básico y fundamental para conseguir la supervivencia de un proyecto como este y es una de las principales preocupaciones de sus miembros. A pesar de los precios populares a los que ofertan el carné de socio abonado, Irene nos explica que "Lógicamente, es muy difícil hacer frente a los gastos de un equipo con sólo las aportaciones de los socios. Necesitamos muchos más socios porque Alma de África es más que un equipo de fútbol, son muchas más las necesidades que tiene el equipo. No tenían botas para jugar, ni calzonas ni camisetas. Hemos recogido material deportivo gracias a la ayuda de personas solidarias. Buscamos financiación a través de patrocinios, nuevos socios, concursos con premios en metálico, eventos para darnos a conocer y encontrar ayuda de cualquier tipo. Piensa que sólo el hecho de salir de Jerez en autobús a jugar ya es demasiado y no podemos optar aún a alguna ayuda de las instituciones porque es necesario que cumplamos al menos un año de vida para ello".
Irene, que reconoce que el equipo se siente muy arropado por la afición rival cuando juega fuera de La Canaleja, su casa, se emociona cuando nos cuenta que ha habido jugadores que le han reconocido que no les importa si juegan o no, que ellos lo único que quieren es ser Alma de África y que incluso, nos recuerda, "uno de los chicos nos dijo que Alma de África era su vida, que sin los ratos y la ilusión con la que vive los partidos nada sería lo mismo".


Ellos no sueñan con ser futbolistas profesionales (o igual sí en el fondo de sus corazones), ni siquiera piensan en qué les deparará el futuro tan lejos de su tierra, pero tienen noventa minutos a la semana para soñar que son los mejores del mundo. Y no van muy desencaminados. Héctor Cúper, entrenador argentino que llegó a ser dos veces subcampeón de Europa con el Valencia CF, dijo una vez que "El fútbol da vueltas, la vida da vueltas. Y nosotros damos vueltas con el fútbol y la vida". Bendito el fútbol. Benditas las vueltas de la vida.

¡Vamos, Alma!


Puedes seguir las aventuras del Alma de África UD a través de su web oficial, Facebook o Twitter y también puedes colaborar con este bonito proyecto a través de este enlace.

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